Multa por no llevar rueda de recambio
La legislación española contempla sanciones para los conductores que no tienen los instrumentos para superar algunas emergencias viales. Este es el caso puntual de la rueda de recambio, la cual nos permite actuar en caso de un pinchazo. Pero… ¿Puede multarnos un agente de tráfico por no llevarla?
El desconocimiento de la normativa no nos librará de la sanción; la normativa legal es bastante clara y explícita con respecto a esta temática de seguridad víal.
¿Es obligatoria la rueda de recambio?
Existen accesorios que el conductor debe tener de forma obligatoria mientras circula en calles y carreteras. Estos están previstos en el Reglamento General de Vehículos.
En el anexo XII se establece el requerimiento de la “rueda completa de repuesto”, una de “uso temporal” o un “sistema alternativo” que permita la movilidad de vehículo.
Como vemos, el reglamento no establece la necesidad de que tengamos necesariamente una rueda de recambio. Queda claro que lo fundamental es contar con elementos que permitan al coche seguir rodando hasta poder subsanar la anomalía.
Esta diferenciación es importante porque no todos los conductores tienen los mismos instrumentos. Hay usuarios que no se ven capacitados para sustituir una rueda y optan a otras técnicas para salir del apuro. Lo más interesante es que hay más de una opción para enfrentar la incómoda situación del pinchazo.
Tres alternativas para el cambio de neumático pinchado
Para comenzar, la rueda de recambio tiene muchas formas y modelos:
- Tenemos la más utilizada, un neumático de emergencia ligera que nos permitirá llegar hasta una estación. Para usarla tendremos que conducir en una velocidad no mayor a los 80 km/h. Con esta no podremos recorrer distancias largas pues su tiempo de vida útil es corto.
- Similares son las run-flat, gomas con laterales reforzados que también nos permitirán llegar a velocidad moderada hasta una gasolinera; una solución temporal.
- Una solución mucho más innovadora y popular sería la adquisición de un kit antipinchazos. Se compone de un compresor, una espuma de relleno, guantes y una masilla para tapar fugas; es una solución más sencilla de lo que puede parecer. Su finalidad es poder trabajar sobre la llanta pinchada sin tener que hacer un cambio forzado.
En la actualidad esta última opción es habitual en los coches por ocupar poco espacio. Los expertos en la materia creen que esta es la solución del futuro, pero los productos todavía no son perfectos y deben ser mejorados.
Algunos problemas en torno a rueda de recambio
En este caso, cumplir con la normativa no solo es obligatorio: también es un acto preventivo de gran utilidad. Se sabe que algunos conductores llevan una rueda de repuesto sin ni siquiera saber su localización. En contraste, están quienes se quejan por el espacio que ocupa dentro del automóvil.
Hay modelos de coches que al ser adquiridos vienen con una rueda de repuesto. No obstante, esta tendencia está desapareciendo en muchos fabricantes de automóviles por ser costosa y por el espacio que ocupa.
Añadido a lo anterior, tenemos la incomodidad que puede significar el cambio de la rueda y la necesidad de almacenar otras herramientas para hacerlo. Nos referimos al gato hidráulico, llaves y otras herramientas.
Otro aspecto importante es la revisión de la presión del neumático de recambio. El hecho de que no la utilicemos no significa que la misma no haya que mantenerla.
Aunque su ubicación en el coche la protege del calor, podría ser conveniente revisarla y cambiarla después de algunos años. Lo recomendable es sustituir esta pieza cada ocho o 10 años si no le hemos dado uso.
Sanciones por no llevar el sistema de recambio
Si un agente de la Guardia Civil percibe que no tenemos forma de cambiar una rueda pinchada, podremos ser sancionados. Por lo general, el coste de esta multa es de unos 200 € aproximadamente; como vemos, este tipo de descuidos pueden ser algo costosos.
Lo mismo puede ocurrir si no llevamos el chaleco y triángulo reflector. Estos nos sirven para alertar a otros conductores sobre la existencia de una falla o accidente de tráfico. En resumen, la legislación nos obliga a ser conductores responsables con respecto a los demás, y también con nosotros mismos.