Qué pasa si se inunda un coche
Afortunadamente no es un hecho cotidiano. También es una de las peores pesadillas de cualquier propietario un vehículo. Las lluvias torrenciales, ríos desbordados, colapsos en zonas de almacenamiento de agua, pueden tener entre sus catastróficas consecuencias ciudades anegadas a más no poder.
Error: intentar encender el motor
Es de sentido común. Intentar poner en marcha el motor si se inunda un coche es el error más catastrófico que se puede cometer. El agua por entre todos los componentes del vehículo extenderá los daños de forma irremediable.
Incluso colocar la llave en el interruptor de encendido ya puede acarrear consecuencias negativas. En la mayoría de los modelos, con el simple contacto se activan una serie de componentes electrónicos que se colapsarán instantáneamente.
Adicionalmente, se debe tomar como medida preventiva desconectar y remover la batería. De esta forma, se evita el riesgo de que cualquier equipo que funcione mediante energía eléctrica entre en funcionamiento accidentalmente.
Consultar al mecánico de confianza
Cuanto más alto haya sido el nivel del agua, mayor será la prontitud con la que el auto debe ser evaluado por el mecánico de confianza. Aunque la inundación no sobrepasara la altura de los neumáticos, los sistemas de frenos o de suspensión pudiesen verse seriamente comprometidos.
En algunos casos, el agua puede acceder hasta el motor a través de los tubos de ventilación; aunque esto no es frecuente, más vale prevenir que lamentar. Si no es en un intento desesperado para evitar un riesgo fatal, lo recomendable es esperar.
Algunas anomalías puntuales que pueden presentarse cuando se inunda un coche
Los daños serán proporcionales a la altura alcanzada por el agua; también influye el tiempo que el vehículo haya permanecido sumergido. En líneas generales, en la lista de fallos que se presentan cuando se inunda un coche se incluyen:
Colapso del catalizador
Este equipo puede fallar cuando el agua alcanza hasta la mitad de los neumáticos. Su ubicación dentro del tubo de escape, antes del silenciador, facilita no solo el tránsito sino también la acumulación de líquido.
Aunque la sustitución de esta pieza puede costar hasta más de 600 €, es necesario el gasto. El vehículo puede llegar por sus propios medios hasta el taller, sin necesidad de contratar algún servicio de grúa.
Las zonas bajas del coche
Muchas veces las inundaciones, principalmente cuando se producen por lluvias torrenciales, vienen acompañadas por grandes cantidades de barro. Este elemento puede solidificarse entre los rodamientos o el sistema de frenos.
Para evaluar el grado de afectación, lo primero es programar con prontitud una limpieza a profundidad de todas las zonas bajas del coche. Así mismo, un mecánico de confianza debe determinar qué piezas deben sustituirse.
Barro en el radiador
Si la crecida del agua sobrepasa a las ruedas, el radiador es una de las áreas que puede verse afectada. Lo mismo que ocurre con los rodamientos o los frenos, la tierra trasladada entre las corrientes puede solidificarse en el interior de tanques y mangueras, generando dificultades en el sistema de enfriamiento.
Los incrementos repentinos de la temperatura del motor pueden tener su origen en este tipo de situaciones. Es preciso estar muy atentos a estas subidas de temperaturas.
Por ello, ante la sospecha de la presencia de barro, lo recomendable es purgar por completo y ejecutar una limpieza profunda. Esta tarea también servirá para verificar el estado de todos los equipos, desde la bomba de agua hasta el depósito para el refrigerante.
Agua en el habitáculo
Cuando el agua entra al interior de un coche, los muebles y la tapicería suelen verse seriamente comprometidos; lo mismo que mandos de control y todos los puntos de fijación. En la mayoría de los casos, lo procedente será sustituir todas las piezas que se hayan visto afectadas.
Inundación total
Si se inunda por completo el coche, con el agua alcanzando o sobrepasando la altura de las puertas, la situación requiere evaluarse con completa calma. Será preciso desmontar el motor y caja de cambios, para determinar daños y proceder de manera oportuna.
Al igual que con las zonas bajas del coche o con el sistema de refrigeración, el barro acumulado genera más inconvenientes que la propia humedad. Dependiendo del modelo y del tiempo que el vehículo haya permanecido sumergido, intentar reparar puede resultar más oneroso que adquirir un coche nuevo.