¿Cómo saber si tienes las ruedas gastadas?
El dibujo de los neumáticos se encarga de dispersar el agua que se introduce bajo las ruedas, de manera que se maximice la adherencia con el terreno. Esto permite mejorar la tracción y evitar que el coche planee sobre superficies mojadas. Por ello, es muy importante saber cuándo se tienen las ruedas gastadas.
En primer lugar hay que tener en cuenta que los neumáticos se vuelven inseguros cuando la profundidad de su dibujo es inferior al límite de 1,6 mm.
Comprobación de ruedas gastadas
Una forma sencilla y rápida de comprobar si se tienen unas ruedas gastadas es utilizando una moneda a modo de referencia. Si introducimos la moneda en los surcos del neumático y el aro exterior de la moneda de 1€ aún no sobresale, significa que la rueda se mantiene en buen estado.
Sin embargo, si este puede verse, significa que el dibujo de la rueda está por debajo de su límite, y será conveniente cambiarla. Por otro lado, puede hacerse uso de un indicador de profundidad, una herramienta más fiable y de bajo coste.
En caso de querer una máxima precisión en la revisión, siempre puede acudirse a un taller. Siendo clientes habituales, seguro que los mecánicos no te cobrarán por la comprobación, ya que es una prueba rápida y sencilla. Así podremos asegurarnos de no tener las ruedas gastadas y evitar peligros en la carretera.
Los requisitos legales
Las ruedas gastadas deben cambiarse según las normativas establecidas. En el caso de España, el límite legal de desgaste a alcanzar antes de cambiar los neumáticos es de 1,6 mm. Aun así, una rueda con un desgaste próximo a ese límite ya comenzará a ser insegura.
Por ello, es importante comprobar regularmente el desgaste de los neumáticos, ya sea por nosotros mismos o recurriendo a un taller. De esta forma podremos evitar tanto accidentes como costosas sanciones.
La importancia de los detalles en la rueda
Para aumentar la precaución es conveniente tener en cuenta otros aspectos en la superficie de la rueda. Por un lado, debe ponerse atención a cualquier irregularidad en su geometría. Es importante revisar que no existan desgastes o relieves extraños.
Estos pueden ser signos de una mala alineación de los neumáticos, ante lo cual será necesario acudir a un taller para que realicen una revisión más detallada del coche.
Además, conviene comprobar que no haya protuberancias o burbujas en los laterales de la rueda. Este tipo de irregularidades a menudo se debe a que la estructura interna del neumático está dañada o agrietada, lo que hace que el aire fluya hacia las capas externas de la rueda por la diferencia de presiones entre ellas.
Todos estos problemas pueden darse si se conduce a menudo sobre baches o sobre superficies con muchas irregularidades, como fuera de carreteras. Continuar conduciendo con una rueda que presenta este tipo de problemas puede tener consecuencias graves, como un estallido al llevar altas velocidades, lo que supondría perder el control sobre el vehículo.
Por tanto, la integridad estructural de la rueda es clave para una conducción segura, y estas deben sustituirse siempre que sea necesario para evitar posibles fallos repentinos que den lugar a un accidente de tráfico. En caso de no estar seguro del desgaste producido o no utilizar el coche a menudo, lo recomendable es sustituir las ruedas cada seis años, o bien cada 10 como máximo.
Para tener más información sobre el tipo de neumáticos recomendable para el coche o bien la presión que deben tener, puedes fijarte en las especificaciones técnicas del fabricante. De esta forma, podrás tener a tu alcance toda la información necesaria.