Bentley Corniche Recreation by Mulliner, único en su especie
Bentley ha sorprendido a propios y extraños al presentar como novedad un Bentley Corniche de 1939. Se trata de una recreación construida sobre los restos del modelo original, cuya historia es trágica. Su puesta de largo se celebrará en septiembre, en el británico Salón de Privé de 2019.
Su desarrollo se ha llevado en secreto durante prácticamente dos décadas, y es que pasó de ser un proyecto motivado por voluntarios que terminó en el olvido –tras quedarse sin fondos– a que la propia Bentley se hiciera cargo de la reconstrucción del Corniche hace un año.
Una vez Bentley fue quien dirigía el proyecto, tenían claro que debía terminarse a tiempo para la celebración del centenario de la marca, el cual cumple este mismo 2019. Con mucho mimo y cuidado por los detalles, tenemos ante nosotros un coche único que marcó un antes y un después en su día. Ahora pasará a formar parte del museo y flota para eventos de la marca.
La trágica historia del Bentley Corniche
La historia del Bentley Corniche es trágica y desafortunada, al menos para el coche, ya que no hubo víctimas. Tras finalizar su construcción en 1939, el coche se puso a prueba en el circuito inglés de Brooklands, donde alcanzó los 160 km/h, cifra nada desdeñable en la época.
Dado que la carrocería fue construida por artesanos franceses, una vez se completaron las pruebas en Inglaterra, el coche fue enviado de vuelta a Francia, pero de camino a su destino se vio involucrado en un accidente con un autobús, lo que dañó gravemente la carrocería.
Una vez reparado, fue llevado a las pruebas previstas en el país galo. Sin embargo, camino del lugar, el conductor tuvo que realizar una maniobra de esquiva para no impactar con otro vehículo, lo que le hizo el control y chocar contra un árbol. Los daños ahora eran mayores que antes, por lo que se tomó una decisión que supuso el principio del fin del Corniche.
Ante un trabajo de reparación íntegro, se decidió enviar el chasis a Inglaterra, mientras que la carrocería se quedaría en Francia para los arreglos pertinentes. Completada la segunda reparación, el coche fue enviado a una ciudad costera –Dieppe– desde donde se mandaría a Inglaterra, pero nunca saldría de allí.
Un error administrativo provocó un retraso en la fecha de envío. Con la Segunda Guerra Mundial en ciernes, un bombardeo aéreo destrozó las naves donde descansaba la carrocería del Corniche, que fue destruida por completo. No ha sido hasta 2019 cuando esta belleza británica ha vuelto a la vida.
Obra de Mulliner
Para un trabajo tan meticuloso como importante para la marca, Bentley relegó sus labores a Mulliner, la división de pedidos especiales del fabricante británico. Estos han rehecho la carrocería por completo, con ayuda del equipo que se encarga de materializar la carrocería del Bentley Mulsanne.
Del modelo original solo quedaba el chasis, el cual también se ha tenido que reparar para la ocasión.
Para lograr el correcto color de la pintura exterior se tuvo que trabajar en un laboratorio para hacer pruebas y encontrar la tonalidad adecuada de la época. Lo mismo ocurre con el cuero y la madera utilizada en su habitáculo, seleccionadas con el máximo rigor.
Para que la madera adquiriera las formas necesarias, se trabajó con vapor.