Mazda 6, belleza por los cuatro costados
Lanzado en 2013, el Mazda 6 causó furor en el mundo del automóvil por una estética diferente al resto de berlinas. Tras su presentación, no dejó indiferente a nadie. En 2016 recibió un pequeño restyling para intentar no caerse de un tren que nunca para.
En un mercado como el español, donde reinan las marcas alemanas desde hace tantos años, es muy difícil abrirse hueco, y más si eres una berlina media, una especie en peligro de extinción.
Los SUV mandan, y aunque la marca japonesa también se aprovecha del momento con sus CX-3 y CX-5, es complicado asimilar que un modelo tan redondo en todos los sentidos como este Mazda 6 no consiga el número de ventas que merece.
Diseño
Con toda seguridad, los diseñadores de las marcas premium alemanas debieron ponerse nerviosos al ver el producto que trajeron los japoneses, te podrá gustar más o menos, pero al primer vistazo es imponente.
En la parte frontal encontramos un morro de grandes proporciones con la típica parrilla Mazda con forma de diamante, adornada con una franja cromada que se une con los focos delanteros. Las diferencias respecto al modelo de antes del restyling son mínimas, únicamente cambia la zona de los intermitentes y la parte inferior del paragolpes.
De perfil, el Mazda 6 tiene la típica carrocería de tres volúmenes de las berlinas, con unos pasos de rueda marcados y unas proporciones generosas. Con 4,86 metros se acerca más al tamaño de un BMW serie 5 que a un serie 3. Algo parecido, le ocurre al Ford Mondeo y Opel Insignia; bajo nuestro punto de vista, han llegado a una longitud excesiva para tratarse de berlinas medias, haciéndolas excesivamente torpes en las zonas urbanas.
La trasera destaca por unas líneas altas y redondeadas, con una franja cromada que une ambos pilotos. Un diseño parecido muestran los focos delanteros.
Interior
Desde su aparición, poco ha cambiado en las dos actualizaciones en el habitáculo. Solo el volante es de nuevo formato y ha mejorado el sistema de infoentretenimiento. Lo que sí han mejorado mucho son los sistemas de seguridad, como el de detección de peatones, ahora con más rangos de velocidades y apoyado en una cámara en vez de un láser.
El espacio en las plazas delanteras es magnífico. Los asientos delanteros son grandes y espaciosos, pero a la vez sujetan muy bien el cuerpo en los movimientos laterales. Como en el resto de la gama Mazda, posee una pantalla multifunción colocada en una buena posición; apenas hay que retirar la mirada de la carretera para consultarla.
En la parte superior del salpicadero encontramos materiales blandos, y duros en las partes inferiores. Pero todo con un claro aspecto de robustez.
En las plazas traseras tampoco echaremos en falta espacio. Las rodillas tiene espacio de sobra y la anchura es casi apta para tres adultos. Decimos casi porque pocos modelo del mercado, salvo grandes monovolúmenes, consiguen este cometido. La altura al techo es un poco justa, y personas de talla alta rozarán con la cabeza en estas plazas.
El maletero, con 480 litros en la versión de cuatro puertas y 520 litros en el familiar, es solo correcto. No es pequeño, ni mucho menos, pero dado el tamaño del vehículo, no destaca. Un Skoda Octavia consigue 590 litros con 4,65 metros de longitud.
Dinámica
La marca japonesa siempre ha destacado por hacer coches cómodos pero con cierto aire deportivo en su manejo. Este Mazda 6 no es una excepción.
En carreteras amplias saca a relucir su buen hacer, tanto en la notable insonorización del habitáculo como en el confort que regala a los ocupantes con sus suspensión independiente en las cuatro ruedas. Es un coche que no fatiga a los pasajeros en viajes largos.
En carreteras de curvas y de montaña, saca su otra cara para hacerte disfrutar al volante. Con una dirección directa y poco desmultiplicada, consigue darte la información que necesitas en el volante para sentirte cómodo cuando aligeras el ritmo. La suspensión sujeta muy bien la carrocería, que es bastante ligera para sus dimensiones: aproximadamente 1400 kilogramos de peso (dependiendo de la versión).
El conjunto dinámico es muy satisfactorio en todas las situaciones, siendo un coche muy agradable y divertido de conducir.
Motores
Dispone de una gama menos variada que la mayoría de sus competidores, pero la escala de potencias es correcta.
- Gasolina: sigue la creencia de Mazda de prescindir del turbo. Encontramos dos bloques: un 2,0 litros de 145 CV con cambio manual y un 2,5 litros de 192 CV automático. Aunque los dos se muestran muy refinados y silenciosos, no entregan una aceleración al nivel de las versiones diésel. Tan solo si apuramos las marchas sacamos la aceleración esperada. Donde sí destacan es en el consumo, llegando a conseguir medias por debajo de los siete litros a los cien kilómetros sin problema.
- Diésel: el Mazda 6 pone su confianza en un bloque de 2,2 litros, disponible con 150 y 175 CV. Ambos podemos escogerlos con cambio manual o automático. El de menor potencia, es más que suficiente para la mayoría de circunstancias, acelera de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos. Consume y vibra poco y entrega su potencia desde bajas revoluciones. Es sin duda nuestro preferido.
Precios Mazda 6
Parte de los 27.975 € que cuesta la versión con 145 CV gasolina y el acabado Style hasta los 40.185 € del diésel de 175 CV y acabado Luxury con cambio automático.
A diferencia de sus competidores, el Mazda 6 no incrementa el precio en la versión familiar respecto al cuatro puertas.
Conclusión
No es barato, pero tampoco pretende serlo. Por precio, este Mazda 6 se mete en terreno casi premium, y da la talla para posicionarse como tal, es muy complicado cambiar de idea al público europeo.
Las ventas indican que aún no hay mucha gente dispuesta a gastarse en un Mazda lo mismo que en un BMW. Los test de fiabilidad le posicionan también en lo más alto, pero ni su espectacular diseño, ni su buen hacer le han dado el éxito que merece. El corazón manda cuando cambiamos de coche, de eso no hay duda.