Mejores deportivos clásicos
Damos un repaso a los mejores deportivos clásicos. Estos modelos han hecho historia en el mundo del motor, y han sentado un precedente que se ha ido desarrollando en varias versiones y generaciones hasta nuestros días. Entre ellos, podemos encontrar desde modelos alemanes e italianos más que conocidos hasta algunas curiosidades de fabricación española.
Porsche 911 (1963 – 1997)
Este es uno de los mejores deportivos clásicos por excelencia. En 1963, Porsche presentó el sustituto del 356. A pesar de unos inicios difíciles, acabó cautivando a los incondicionales de la marca y al público en general, se convirtió en un mito y 50 años más tarde se sigue comercializando su séptima generación.
Lancia Stratos (1971)
Sucesor del Lancia Fulvia HF, fue el coche de rallys por excelencia de los 70. Consiguió tres campeonatos de constructores consecutivos entre 1974 y 1976, y siguió cosechando victorias hasta 1981.
Ford Mustang Shelby GT500 (1967)
En 1967, Carrol Shelby creó el más mítico de todos los integrantes de la saga Mustang. Su motor de 428 pulgadas cúbicas enviaba 500 CV al eje trasero. Todo un purasangre difícil de domar.
AC Cobra 427 (1965)
Propulsado por el mítico bloque Ford 427 de 7,0 litros y 425 CV de potencia que le permitían alcanzar los 262 km/h. El modelo de competición entregaba 485 CV y una velocidad de máxima de 290 km/h.
Ferrari F40 (1987)
Este es uno de los mejores deportivos clásicos de fabricación italiana. Para muchos, este fue el último Ferrari de la vieja escuela. F ue presentado en 1987 para conmemorar el 40º aniversario de la marca y, con sus 478 CV y 324 km/h de punta, se convirtió en el coche de serie más rápido del momento.
Nissan Skyline GT-R R32 (1989)
Contaba con un bloque de 6 cilindros con doble turbo y 280 CV, tracción a las cuatro ruedas y el sistema HICAS que daba ángulo de giro a las ruedas traseras.
Jaguar E-Type (1961 – 1974)
Continuando con la lista de los mejores deportivos clásicos, este modelo causó sensación la exhibición en el Salón del Automóvil de Ginebra en marzo de 1961. Con la deslumbrante recepción evocó el lanzamiento realizado en Inglaterra, en 1948, del modelo XK120.
Su bloque motor fue un potente seis cilindros en línea de 3,8 litros diseñado durante la Segunda Guerra Mundial, que contaba con doble árbol de levas, fundición de hierro en el bloque y culata de aluminio, alimentada por tres carburadores para producir 265 CV a 5 500 rpm.
Esto le permitía alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos. Entre sus innovaciones técnicas destacan la inclusión de frenos de disco en las cuatro ruedas, dobles muelles en el eje posterior y la triple raqueta de limpiaparabrisas.
Aston Martin DB5 (1962 – 1965)
Este es uno de los mejores deportivos clásicos desarrollados en Reino Unido. Para suceder al discreto pero eficaz DB4, David Brown y su equipo presentan en 1963 el DB5 para el que desean una carrera brillante y un renombre internacional. James Bond, agente 007 al servicio de la corona, será el gran embajador del modelo.
Montaba un motor de aluminio de seis cilindros en línea con dos árboles de leva en cada cabeza y 4,0 litros de cilindrada que logran una potencia de 285 CV a 5 500 rpm transmitidos a través de una caja de cambios ZF de 5 velocidades sincronizadas.
Pegaso Z102 (1951 – 1957)
Por último, uno de los mejores deportivos clásicos fabricados en España. La marca Pegaso surgió de las ruinas de la Guerra Civil Española y de la necesidad de volver a fabricar vehículos que motorizaran a la población y a los servicios. En 1946 comienza con la producción de modelos para el transporte público y de mercancías.
El Pegaso Z-102 se presentó en el Salón del Automóvil de París de aquel año, en un principio un cupé con motor central delantero y que muy pronto vería ampliada su gama, tanto en motorizaciones como en carrocerías: hasta 30 diferentes llegaron a vestir distintos chasis. En total, se construyeron 84 unidades y su precio era de 500 000 pesetas de la época.