Citroën DS, el tiburón
El Citroën DS, apodado como ‘el tiburón’, es uno de los modelos clásicos más emblemáticos de la historia del mundo automovilístico. Su diseño vanguardista y su estética atrevida hicieron que el modelo dejase huella en la historia del motor.
La historia del Citroën DS
Basta un dato que deja bien claro el salto que dio el Citroën DS, y es que vino a sustituir a los exitosos Citroën Traction Avant. Este fue todo un icono de la marca y un éxito de ventas, pero que parece un coche de otro siglo al lado de nuestro protagonista.
Aunque los primeros esbozos comenzaron en 1938, los casi seis años que duró la II Guerra Mundial y la precaria situación económica posterior hicieron que el mercado no estuviese preparado para absorber el nuevo modelo de gran difusión que preparaba la marca del francesa.
Y es que Citroën contaba con un objetivo difícil y laborioso y, con el paso del tiempo, fue creciendo la expectación entre el público francés.
Esta curiosidad fue satisfecha con la presentación del Citroën DS en el Salón de París de 1955. Aquel primer día de lanzamiento se llegaron a las 12 000 peticiones de compra, que serían nada menos que 80 000 peticiones cuando el Salón cerró sus puertas, un éxito absoluto.
Con el paso de los años, estéticamente hablando, la evolución más importante fue el cambio en la parte delantera del vehículo realizado en 1967. En este momento se embutieron los faros y se alisaron los contornos para hacerlo aún más aerodinámico.
Otra de las novedades fue la sustitución del llamado “líquido rosa” del circuito hidráulico, cuyo origen orgánico hacía que sus propiedades cambiaran con el tiempo. Así, se pasó a usar el líquido LHS-2, que recibió el nombre de “líquido verde”.
La mecánica del Citroën DS
El Citroën DS Tiburón contaba con tracción delantera, un motor de 4 cilindros en línea de 1 911 centímetros cúbicos y una potencia final de 70 CV. Además, contaba con una caja de cambios de 4 velocidades semiautomática y una novedosa suspensión hidroneumática con corrector automático de altura ya ensayada en el 15 Six H.
Alcanzaba una velocidad máxima de 140 km/h, con un consumo de 10 litros por cada 100 kilómetros. En 20 años de producción , desde 1955 hasta 1975, los motores se modificaron y actualizaron, acorde a las necesidades del mercado.
Por ello, pasaron del primer 1 911 cc a 1 985 cc en 1966, a 2 175 cc en el DS21 y, finalmente, a 2 347 cc en el DS 23. Las potencias oscilaron desde los 66 CV del ID19, a los 130 CV del DS23, potencia que las características de chasis hubiese permitido superar ampliamente.
Todos los mecanismos importantes de esta berlina eran asistidos: dirección, caja de cambios, frenos -delanteros de disco, por primera vez en un coche de serie-, embrague, dos circuitos de frenos independientes, repartidor automático de la intensidad de frenado en función de la carga, etcétera.
El revolucionario modelo francés partía de un chasis de plataforma integrada, con el radiador totalmente carenado y con elementos desmontables. El Citroën DS inició, sin duda alguna, una nueva era en la historia del automóvil moderno.
Al volante del Citroën DS
El confort de los sillones tapizados de cuero es digno de mención, y también se aprecia un aire a calidad por todo el habitáculo. Su legendaria suspensión continúa haciendo que pasen inadvertidas las desigualdades del pavimento, aún en comparación con los modelos más novedosos.
A pesar de su impresionante presencia, el DS cuenta con una dirección suave, directa y precisa. El gran volante, de un solo brazo, cuenta con un radio de giro cómodo.
Por otro lado, el chasis es todo un logro, pues cuenta con un tarado ajustadísimo, digno de elogiar para la época, y hubiera soportado cargas mucho mayores. Este automóvil lujoso y rápido va equipado con cinturones de seguridad y unos faros orientables, una novedad que acrecentaba el carácter elitista y tecnológico del Tiburón.
En definitiva, Citroën consiguió crear un gran modelos, confortable y rápido, futurista, con aspecto de nave espacial gracias a su carrocería innovadora, con su legendaria suspensión hidroneumática, frenos de disco, caja de cambios semiautomática, dirección asistida, etc.
Estas son características de un vehículo cuyo comportamiento en carretera y confort se mantienen plenamente vigentes y le acabaron convirtiendo en un símbolo del automovilismo francés y mundial. En abril de 1975, dejó paso al Citroën CX.