El control de la temperatura del motor de tu coche
La disciplina y el sentido común suelen ser suficientes para prevenir inconvenientes con la temperatura del motor de un coche. Basta con chequear regularmente el nivel de agua o refrigerante en el radiador.
Otro descuido con riesgos para nuestro vehículo es el hecho de olvidar revisar regularmente el panel de instrumentos y detener la marcha ante cualquier señal de alerta. Se trata de medidas en apariencia sencillas y de fácil cumplimiento.
Sin embargo, no es extraño observar en las carreteras a vehículos con el capó abierto mientras brotan chorros de vapor. El origen de estos percances no siempre está en una manguera que se rompió de improviso; tampoco en un fallo repentino del electroventilador o de la bomba de agua.
Rangos recomendados para la temperatura del motor
Cuando el automóvil está apagado, la temperatura del líquido refrigerante debe oscilar entre los 10 y los 20 grados centígrados. Esto de acuerdo a la época del año y a las condiciones medioambientales.
En caso de que el coche esté en funcionamiento, el rango varía entre los 85 y los 95°C. Generalmente, las distintas marcas de líquidos refrigerantes traen indicaciones sobre los niveles de calor ideales de acuerdo a la fabricación y a la marca del vehículo.
Existen algunos motores en los que la temperatura puede superar incluso el punto de ebullición del agua. Es decir, 100 grados centígrados. En estos casos, el sistema de refrigeración del automóvil tiene un diseño completamente sellado.
Analizando la temperatura que se alcanza, se llega incluso a elevar el calor del agua hasta los 120°C. Lo que implica que, en caso de ocurrir algún desperfecto o filtración, el motor queda muy expuesto a daños graves y hasta irreversibles.
Causas de recalentamiento no relacionadas directamente con un error humano
Existen detonantes que pueden llevar a la pérdida del control de la temperatura del motor que van más allá del simple descuido de una persona. Es el caso de un radiador tapado, desperfectos en la bomba de agua o malfunción del termostato. También pueden ocurrir averías en el sistema que enciende el ventilador eléctrico.
En los casos más graves, la culata del motor podría terminar doblada; esta situación daría lugar al paso de la compresión y del aceite al sistema de refrigeración; si no se realiza el mantenimiento preciso, se incrementan las probabilidades de un nuevo aumento excesivo del calor.
Cuando la temperatura del motor de tu coche tiende constantemente a pasar los niveles recomendados, es obligatorio llevar el automóvil al mecánico para evitar males mayores. Consecuencias que probablemente resulten mucho más costosas que la reparación original.
Recomendaciones en caso de recalentamiento
Si mientras se conduce se advierte una elevación peligrosa de la temperatura, lo primero es aparcar el vehículo; lo haremos sin apagar el motor de golpe, pues si el enfriamiento sucede de manera brusca las válvulas del motor pueden deformarse, así como la tapa del motor podría agrietarse.
También es importante apagar el aire acondicionado si observamos que los indicadores de temperatura suben mucho, en caso de que se encuentre encendido.
Se puede encender la calefacción para inducir una transferencia de calor. Antes de revisar el depósito del refrigerante se deberían dejar pasar varios minutos. Quitar la tapa del radiador antes de tiempo puede resultar extremadamente peligroso, de ahí la importancia de proceder con suma paciencia.
Toca revisar con detenimiento todo el sistema de refrigeración buscando en un primer momento ubicar alguna posible fuga. Así mismo, habrá que reponer refrigerante o agua, si es necesario, hasta el nivel adecuado. Por último, evaluar el trabajo del ventilador.
Plan de emergencia
Si al hacer la revisión no se advierte la pérdida de líquidos, se puede hacer un puente eléctrico entre los conectores del termocontacto; el objetivo es que el ventilador esté siempre operativo y evite que la temperatura se dispare nuevamente.
Esta medida permitirá que el coche se desplace ‘por sus propios medios’ hasta un punto en donde reciba mejor atención. Sin embargo, es una solución que no todos los conductores están en capacidad de llevar a la práctica.
Causas mayores
Si mientras se realiza la revisión del sistema de enfriamiento del motor se detecta una fuga en la manguera de entrada del sistema de refrigeración, o bien un mal funcionamiento de la bomba de agua, no hay mucho por hacer.
Se trata, en todos estos casos, de averías irreparables en medio del camino. La única solución posible es llamar al seguro y contactar con una grúa que remolque el automóvil hasta un taller mecánico.