Cuatro señales de que nuestro coche va mal
Para evitar malos ratos y ahorrar dinero, es importante descubrir los problemas del vehículo antes de que sean daños graves y detectar las señales de que nuestro coche va mal. Pero esto no siempre es fácil; no todas las averías se ven reflejadas en una señal luminosa en el panel de control.
Los indicadores de alerta
Aunque puede parecer obvio, no siempre lo es; todos los coches tienen indicadores luminosos en el panel de control para comunicar al conductor que algo va mal. Sin embargo, no todos los conductores saben interpretar esas señales. Es un lenguaje que está explicado en el manual de instrucciones y es importante conocerlo.
El coche puede seguir funcionando aparentemente sin problema. Pero si una luz se enciende, es porque algo está fallando y sin duda una señal de que nuestro coche va mal.
Es importante entonces llevar nuestro auto al taller cuanto antes, sobre todo si la luz es amarilla o naranja. Si la luz es roja, puede incluso ser necesario detener inmediatamente el vehículo y llamar a una grúa.
Los principales testigos que se encienden de color rojo son: el que indica un fallo en la batería, el que señala una anomalía en la dirección asistida y el que muestra un problema en la presión o el nivel de aceite.
Balanceo
Si el coche se balancea ligeramente y de forma más pronunciada al tomar las curvas, suele ser una señal de que hay baja presión de aire en las ruedas.
La presión se debe revisar regularmente (generalmente se lo puede hacer en las estaciones de servicio). Si hay una pérdida importante es necesario llevar el coche al mecánico ya que puede deberse a una válvula defectuosa. La pérdida también puede ser ocasionada por algún objeto que esté clavado en las bandas del neumático.
Chillido
Si nuestro coche va mal, es muy probable que tenga un sonido diferente al normal. Si el sonido es agudo, como un chillido, puede deberse a un problema en las correas o una falla en los frenos.
Las correas son las que se encargan de que la mayoría de los elementos del vehículo, que no son eléctricos, funcionen bien. Su rotura no suele ser un problema grave, a menos que se trate de la correa de distribución.
Es importante que dicha correa siempre sea revisada cuando el coche vaya al taller y cambiada según la recomendación del fabricante para cada modelo.
Para los demás ruidos, se puede tratar de buscar grietas o identificar el momento en el que el sonido empieza: al girar la dirección, al encender el aire acondicionado, etc… De esta manera la reparación será más fácil y rápida.
Si el chillido se manifiesta al frenar, es indispensable llevar el coche al mecánico cuanto antes. Suele arreglarse con una limpieza de frenos y un cambio del líquido; todas las averías en los frenos pueden afectar la seguridad del conductor y de los demás ocupantes del vehículo, por lo que hay que intervenir rápidamente.
Pérdida de líquidos
Si al mover el coche del estacionamiento queda una mancha, es necesario comprobar de qué se trata; cuando la mancha es pequeña y puntual, puede no ser importante. Pero si el problema persiste, es una señal de que nuestro coche va mal.
Si la mancha es de agua, no hay ningún problema. Se trata seguramente de los restos de condensación del aire acondicionado o de agua que quedó en el desagüe; la solución está en el mantenimiento continuo.
Pero si la mancha es de color oscuro, se trata de aceite. Esta es una señal de que existe una fuga en alguna junta o de que el motor está quemando aceite. En cualquiera de las dos situaciones, se debe comprobar el nivel de aceite y llevar el coche inmediatamente a su revisión.
Si la mancha es azul claro, verde o naranja, se trata del líquido refrigerante. Puede deberse a que el coche se haya recalentado a que exista una fuga.
Cuando la mancha es roja y aceitosa, quiere decir que la fuga proviene del sistema de dirección asistida o de la transmisión. En cualquiera de estos casos también es aconsejable llevar el coche al taller lo más pronto posible.