Fiat 124, el MX-5 con turbo y esencia italiana

Repasamos las diferencias a nivel estético, tanto en el exterior como en el interior, así como en materia de suspensiones y motor, del Fiat 124 con respecto a su primo japonés, el Mazda MX-5
Fiat 124, el MX-5 con turbo y esencia italiana

Escrito por Enrique Canivell

Última actualización: 04 marzo, 2022

Lo que primero salta a la vista del Fiat 124 es su estilo retro. Pero al mirar bajo su capó algunos encontrarán una grata sorpresa en forma de turbo. Sin embargo, es posible que los más puristas de la conducción deportiva prefieran el motor aspirado por su tacto y entrega lineal de la potencia. En cualquier caso, para gustos los colores.

Abrimos el artículo de esta manera porque el Fiat 124 comparte la plataforma, y consecuentemente la mayor parte de su componentes, con el Mazda MX-5, su primo japonés. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en este caso son inevitables. Las diferencias entre ambos se ciñen fundamentalmente al motor y a la carrocería, aunque hay algunas en lo relativo al interior y a la suspensión.

Estética clásica

Como adelantábamos al principio, este roadster italiano brilla con personalidad propia gracias a su estilo retro. No hay más que dar una vuelta alrededor de este para darse cuenta de que no hay rastro de la ‘agresividad’ de las líneas de su primo nipón. Sin duda, estamos ante un diseño más clásico.

Fiat 124: frontal
Frontal del Fiat 124.

Si observamos el morro del Fiat 124, en seguida vemos que en este sí hay una discreta calandra que queda separada de la entrada de aire inferior del paragolpes. También es evidente que los faros son redondeados en lugar de rasgados. Todo ello hace que luzca un conjunto bien diferenciado del afilado Miata.

Si nos vamos al lateral, también queda claro que los pasos de rueda del Fiat 124 no son abultados como en el MX-5. En este sentido, presenta una imagen más sobria, a la que también contribuyen unos voladizos algo más largos.

La zaga opta por unos pilotos rectangulares en lugar de los circulares del Mazda. El discreto difusor, en este caso, integra dos salidas de escape, en lugar de una doble cola.

Fiat 124: trasera
Trasera del Fiat 124.

De serie, el Fiat 124 lleva ruedas en medida 195/50/R16, mientras que si se opta por el equipamiento Lusso o S-Design serán 205/45/R17.

Mínimos retoques en el interior

Al basarse en el mismo chasis, los cambios en el habitáculo se reducen a la mínima expresión. Si no fuera porque el anagrama de Fiat está en el centro del volante, sería muy difícil distinguir el interior del italiano con respecto al del bólido japonés.

Pero hay algunas diferencias dignas de reseñar. Los paneles de las puertas no son iguales, ni la tipografía del tacómetro y del velocímetro. Las superficies de la parte superior del salpicadero y de las puertas tampoco son del mismo material, y es que presentan un plástico que puede dar mayor sensación de calidad; veremos a ver si aguanta el paso del tiempo como viene ocurriendo con los del Miata.

Con un techo de lona, lógicamente el ruido aerodinámico se nota a altas velocidades, algo que también ocurre en el coche de Hiroshima. Pero este último tiene la opción del Mazda MX-5 RF, con un techo duro retráctil que dota al biplaza de estética fastback cuando está cerrado (con mejor aislamiento acústico) y targa una vez abierto (crea turbulencias una vez descapotado).

Fiat 124: interior
Interior del Fiat 124.

El pequeño maletero del Fiat 124 es 10 litros mayor –con 140 litros– debido a que su carrocería mide 4,05 metros por los 3,91 metros de la del Miata.

En el habitáculo, tal como ocurre con su primo asiático, hay espacio justo para la cabeza si se mide más de 1,85 metros. Tampoco hay muchos lugares para portaobjetos, pero todos los mandos quedan muy a mano y la postura de conducción es perfecta, baja, con las piernas estiradas, y los antebrazos y codos formando un ángulo ideal de 90º al sujetar el volante.

Suspensión orientada al confort

Los reglajes de suspensión del Fiat 124 a nivel de muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras son más blandos incluso que los del Miata, que tampoco es muy rígido precisamente. Así, el balanceo es más acusado, pero el grip mecánico es todavía mayor, así como la comodidad en zonas bacheadas, que ya es muy buena de por sí en el Mazda.

La carrocería tiende a inclinar algo más, pero la respuesta de la dirección eléctrica –con buen feeling para lo que hay en el mercado– es inmediata. Es de esperar con 1 000 kilos de peso en vacío, una batalla corta de 2,31 metros y un equilibrado reparto de pesos 50:50: todo ello contribuye a un comportamiento neutro al límite.

Así, las reacciones del Fiat 124 son ágiles, pero al mismo tiempo seguras, predecibles y progresivas, gracias también a un sistema de suspensión de doble triángulo delante y multibrazo detrás: es un esquema exquisito para las geometrías de los neumáticos.

Pese a su blanda suspensión, el coche se detiene con eficacia gracias los frenos de 280 milímetros, que se muestran eficaces en potencia y dosificación del pedal.

Seguridad del Fiat 124

Si el Fiat 124 destaca por su elevada estabilidad lineal y por sus reacciones ágiles y nobles al límite, tampoco desentona para nada a nivel de seguridad pasiva. Euro NCAP considera al MX-5 el deportivo más seguro del mercado, lo que es extrapolable al Fiat 124 porque comparten bastidor. Eso de que los pequeños biplazas descapotables son inseguros per se es un mito…

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Lo malo del Fiat 124 en cuanto a seguridad activa es que no ofrece las opciones de aviso por cambio involuntario de carril o detección de vehículos en el ángulo muerto, algo criticable debido a que la luna trasera en los descapotables ofrece menor visión que en las carrocerías cerradas. El modelo asiático sí que cuenta con tales opcionales.

El empuje y el lag del turbo

Hasta ahora parecía que en el apartado dinámico las diferencias entre el italiano y el japonés eran más bien sutiles. Al menos para que no fueran decisivas a la hora de decantarse por uno u otro, pero es en el motor donde más se nota que cada uno tiene su carácter.

A la hora de descolocarse la zaga, el control es mayor en el MX-5 por la respuesta inmediata del acelerador, algo intrínseco a su propulsor atmosférico. Por su parte, el Fiat 124 exhibe algo de turbolag cuando se trata de dosificar el gas y no puede estirarse tanto en la zona alta del tácometro, pero es más ‘cómodo’ de conducir por su mayor par en la zona media del cuentavueltas: no hace falta usar tanto el cambio.

El consumo real del Fiat 124 se sitúa en unos 7,0 l / 100 km, según el estilo de conducción, a lo que es más sensible su motor turboalimentado.

En cuanto a prestaciones, el 4 cilindros Fiat Multiair de 1,4 litros rinde 140 CV a 5 000 rpm y un par máximo de 240 Nm a 2 250 rpm, que permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos con la caja manual de 6 velocidades. Es la más recomendable por lo agradable que resulta su accionamiento con sus cortos recorridos; la automática –de  igual número de relaciones– solo empeora el 0-100 km/h en 0,1 segundos.

El cambio manual es el de la tercera generación del MX-5, no el de la actual, que es todavía mejor en tacto y precisión.

Precio del Fiat 124

El precio del Fiat 124 es superior al del MX-5, y es que parte de los 27 070 euros, mientras que el Miata con motor 1.5 de 132 CV arranca en los 23 320 euros, lo que supone una diferencia de casi 4 000 euros.

Cierto es que las versiones Lusso y S-Design no pasan de unos 30 000 euros, que es la cifra que rondan los Mazda, pero con más potencia y más opciones a nivel de equipamiento y a la hora de elegir entre el techo de lona o rígido retráctil.