Nuevo Ferrari F8 Tributo, el santo grial de los V8 turboalimentados
Como ocurre cada año, Ferrari se ha presentado con una sorpresa en el Salón de Ginebra de 2019. Los italianos ponen sobre la mesa su último deportivo, el Ferrari F8 Tributo, una nueva alternativa en un segmento cada vez más competido. Llega con credenciales de sobra para ser el modelo a seguir.
La firma de Maranello desvela en la cita suiza el que es el último eslabón de su saga de berlinettas con motor V8. Se estrena vestido de gala, con un diseño que, para describirlo, la palabra espectacular se queda corta… y hay mucha, mucha fibra de carbono. Con tecnología heredada de la Fórmula 1, es todo un ganador en potencia.
Con el Ferrari F8 Tributo, los italianos recuperan terreno con rivales de la talla del McLaren 720S y Lamborghini Huracan EVO, entre otros.
Diseño de inspiración acuática
En el plano estético bebe y mucho de su predecesor, el Ferrari 488 GTB, y es que es una evolución sobre el concepto de este. Según el jefe de diseño de Ferrari, todo lo que vemos en el exterior del Tributo es una fusión entre arte y técnica. Esto se debe a que, pese a la necesidad de crear un coche bello, todos los elementos han de ser funcionales.
Su creador habla de inspiración acuática, con un frontal que imita a la cabeza de un tiburón, afilada y ancha. En este punto se ha prestado especial atención al comportamiento aerodinámico, al introducir un sistema S-Duct traído directamente de la Fórmula 1. Los faros horizontales han permitido modificar las tomas de aire para los frenos.
El nuevo diseño y la aerodinámica activa han permitido una mejora del 10 % en la eficiencia aerodinámica con respecto a su predecesor.
La vista lateral se asemeja más a la del 488 GTB, con una entrada de aire que recibe ligeros cambios para mejorar la refrigeración del motor. Por su parte, la zaga es ahora más extrema, con un difusor mayor, escapes más integrados y la vuelta de las tradicionales ópticas dobles.
Como buen deportivo de alto calibre, la fibra de carbono es un elemento clave en muchos de sus componentes. Sin embargo, también se usa para decorar, y es que gana protagonismo en el exterior, el habitáculo e incluso el vano motor, el cual puede ir forrado en este material.
Un habitáculo para pilotar
El habitáculo también es una evolución de lo conocido anteriormente. La mayor parte de los controles se encuentran en dos módulos situados a ambos lados del volante. Un volante que es de nueva factura, con un diámetro menor y con un panel de revoluciones actualizado en su parte superior.
También es novedad la pantalla del copiloto, un elemento ya visto en otros modelos de la casa recientemente. Con este sistema, el copiloto puede tener acceso a multitud de datos relacionados con el sistema multimedia, información en directo del estado del coche y los modos de conducción seleccionados por el conductor.
Por lo demás, buenos ajustes y un ambiente tan lujoso como deportivo, con asientos de cuero, alcántara e incluso baquets de carbono. En cuanto a tecnología, Ferrari ha dotado al Tributo de un control del ángulo de deslizamiento perfeccionado para mayor eficacia y un nuevo modo de conducción FDE+ en el manettino situado en el volante.
720 CV con ganas de cabalgar
Ferrari no ha desarrollado nada nuevo para impulsar su última creación. Bajo el capó está el ya conocido bloque V8 de 3,9 litros con doble turboalimentación que alcanza los 720 CV de potencia y un par motor de 770 Nm. Es el mismo motor con las mismas cifras que vimos en el Ferrari 488 Pista.
1 510 kilogramos pesa el conjunto, 40 menos que su antecesor.
Promete una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 2,9 segundos, así como una espeluznante velocidad punta de 340 km/h. Son cifras de infarto, más si tenemos en cuenta que se trata del modelo intermedio de la gama de Ferrari, por debajo del Ferrari 812 Superfast.
Parece mentira la evolución que han sufrido los propulsores de Ferrari desde que introdujeron la turboalimentación a estos, y es que el salto de potencia ha sido impresionante. Un claro ejemplo lo encontramos si lo comparamos con el mítico Ferrari Enzo.
El máximo exponente V12 de Ferrari hace 15 años ofrecía ‘solo’ 660 CV, y eso son 60 menos que los que entrega el nuevo F8 Tributo. Sin embargo, la nueva berlinetta cuenta con cuatro cilindros menos y una cilindrada también inferior.
Ferrari F8 Tributo, el último de un largo linaje
La saga de berlinettas de Ferrari se remonta a 1975, año en el que comenzó la comercialización del Ferrari 308 GTB. Siendo más exactos, habría que remontarse al Ferrari Dino, el pequeño deportivo previo al 308, pero que contaba con un motor V6.
Al Ferrari 308 le siguieron los 328 GTB, 348 TB, F355 Berlinetta, 360 Modena, F430, 458 Italia y el 488 GTB, hasta llegar al nuevo Ferrari F8 Tributo. Todos ellos con el denominador común de contar con un motor V8 en posición central trasera, una configuración tan carismática como exitosa.